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La espina santa
Los frutos de la espina santa
son redondos, planos y amarillentos
como los pequeños soles
Los niños y los pastores están encantados
si encuentren a Osiris
en las malezas densas y oscuras
Los alcanzan
los toman y comen
aunque no tienen sabor y no son abundantes
Quieren comer el sol accesible para ellos
Miran a los arbustos
a la tierra y ven el cielo
sobre su espalda está calor
En los dedos espinas,
en la garganta una pipa redonda
¿están completas las nubes blancuzcas?
Los frutos secados y molidos
apenas empiezan a arder
y las puntas de las espinas dejan de brillar
Morera vieja
Aún se comían los frutos de moreras
grano negro cayó sobre la camisa
y ha dejado una huella irregular
de tinta de escrito permanente
La corbata no lograba
cubrir la torpeza juvenil
las señales estaban peligrosas
El árbol viejo de ramas enrarecidas
ya no daba la sombra
a los remeros demasiado asoleados
a los cuartetos sin timonel
que armoniosamente agitan al pasado
El árbol está cortado
el club ha hundido sus naves en el jugo
los remeros del agua sacan los remos abandonados
las medallas cuelgan sobre las paredes de las habitaciones
Se quedó una camisa
la mancha se ha convertido en un monograma
Cuando la ponga para la regata
acaricia la incomodidad de aquellos tiempos
invoca la morera vieja y personificada
Automóvil eléctrico
No hace ruido, no regala aromas
mis habitaciones silenciosamente navegan
bajo la ventana nadie viaja
la muñeca muda se desliza al lado de la vitrina
¿Cómo es el hombre sin mezcla inflamable?
¿Cómo es sin saludo ruidoso?
¿Cómo andar sin el eco?
¿Cómo no reclamar algo si uno está descontento?
No se lo oye cuando viene
quizás me traiga la alegría
no se lo oye cuando se va
no hay tiempo para sentir anhelo
Adentro también es silencio
como si se tratara de una cueva profunda
pero no hay estalagmita ni estalactita
porque en sus entrañas no gotea nada
La guardia de ferrocarril
No pintadas casitas provinciales
al lado del ferrocarril
con pequeñas huertas de plantas asustadas
con pétalos sordos de ruido y vergüenza
aquí no crecen flores olorosas
Niñitos de poca apariencia medio desnudos
saludan las ventanas de los vagones
rascacielos inalcanzables
nunca llegarán a las pantallas de televisión
ni donde ellos aterrizará una cigüeña lujosa
Sin esperar, de aquellas muchachitas descalzas
creció la belleza para las pasarelas y reclamas
Cuando se hizo famosa, colmada de gladiolos,
hizo su hogar y jardín con plantas crecidas espontáneamente
Frente a la casita puso rieles
la campana hace bocinazo como una locomotora
su niñita agita las margaritas
margarita como una composición internacional
hereda las pestañas parecidas a pétalos
Las construcciones de la cama
Para el dormir del hombre justo
fueron suficientes
dos ramas largas y dos ramas cortas
la cuerda con la cual tirará sueños
sacos de papas vacíos
para llenarlos con paja celestial
En los museos ha visto
diferentes lechos pintados
de oro, de tableros, de hierro
nunca calentados por un cuerpo sereno
En los hoteles llenaba
piernas de pantalones de pijamas de metrópolis
en aquellos lujosos, el olor
de perfume de hierba seca
Al volver a la silla de montar de la montaña
el bosque estaba cortado
la cama flota sobre los troncos
se vacila en el Oso menor
en la cuna que hizo abuelo
El puente seco
Puente que quiero cruzar
no existe en los indicadores de caminos
ni en las postales turísticas
¿Cómo cruzarlo?
No hay carretera hacia él
no existe el río pequeño bajo él
para que me refresque la cara
Camarero desocupado
en el restaurante vacío
Sus arcos doblados
como una servilleta blanca
echada a través de la mano rígida
Tallado de la piedra soñada
hundido en la seca tierra isleña
pasa a través de la muesca y barranco
como un caballo de desfile precioso
Hastial en los arcos impide
que las plantas completamente lo cubran
y que naturaleza supere la obra de arte
¿Es el puente un sueño
o nuestra amarga herencia?
El puente nuevo
Era una isla, ya no es una isla
sin embargo, sigue siendo isla
Los isleños andan por el puente
con cuidado como si anduvieran por las hendiduras
Abajo de él el mar se queda el mar
viento del sur y viento del norte vienen y se van
en los mismos empujes
como antes
Cable de acero a través de la garganta
está zumbando en forma de cable
se escucha hasta el pueblo, sopla fuerte;
nuevos sonidos, ovejas calladas
Péndulo del campanario de la iglesia
avisa que alguien ha muerto
aún ayer gritaba en el puente:
yo soy isleño, abuelo y hueso
desde mi nacimiento soy el puente del puente
El sol
El sol es puntual y de palabra
En la mañana miro si va a aparecer
como ha prometido;
él con vergüenza sale frente de mí
como una muchacha embarazada antes de tiempo
Y así todos los días de nuevo empieza a gemir
espero que llegue tarde, que haga algo erróneo
le cojo por algún momento de debilidad,
por las cintas frágiles, por sus sombras;
veo, es pálido, pero pasa
Tropieza débilmente como un perro joven
cachorro de la bóveda y de la lámpara de un tren que va temprano
viajan al mismo rumbo
recogen los seres vivos, los calientan con la rueda alegre
Quizás el sol es injusto
pero confiable para todos
que este día lo acechan
Traducción: Željka Lovrenčić